miércoles, 1 de junio de 2011

pura mierda

¿De dónde nace la frustración del pueblo?
Del asco. Del asco que da levantarse cada día para ver cómo venden tus sueños.
Del asco de prender la tele solo para ver a esas focas de mierda atragantándose con aire, con nada. Asco que producen los señores almidonados, de cuello y corbata, que se pasean como si las calles fueran suyas, que caminan como si tuvieran algún derecho a pisar las mismas calles que han presenciado los anhelos y las pérdidas de aquellos que tienen las pelotas como para alzar la voz.
Confieso que si fuera por el asco, hoy mismo saldría a llenar de bombas la ciudad que NO CONOCEN, haría estallar sus cajeros automáticos, sus autos de lujo, sus grandes tiendas. Si es por demostrarles lo poco que me importan sus valores de mierda, puras mentiras. PURAS MENTIRAS. ¿Y este es el país que tanto defienden? País podrido donde festinan con la muerte, con la pobreza, con el dolor. Porque les encanta sentarse a juzgar, porque el hecho de estar engordando detrás del computador los hace superiores, ¿cierto? no saber lo que es quedarte sin gritos los hace mejores.
Me cago en su patria barata. Me cago en su moralidad falsa que sacan de paseo solo cuando toca ir a escuchar al cura. Cura que entre misas se dedica a manosear a sus hijos. Hijos que cuando tengan los años que hay que tener (nadie sabe cuántos son) no van a ser capaces de levantar un dedo por nadie. Porque eso queremos y eso formamos. Una masa aberrante sin ojos ni voz, ajena al dolor y a la alegría, ajena a todo lo que no sea contable en números. Si no lo puedes poner en un cheque simplemente no sirve. Si no lo puedes sacar de un cajero automático, ¿para qué molestarse?
Y así volvemos al principio: FELIZ LES PONDRÍA BOMBAS A TODAS SUS CAGADAS DE CAJEROS AUTOMÁTICOS. Fuerza para los que no se conforman, cojones para los que marcamos el paso, porque falta nos hacen.

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