jueves, 14 de agosto de 2014

Construyendo distancias.

El día en que decidió poner en funcionamiento toda la auto-ayuda que los libros infinitos le habían facilitado, no encontró más que soledad y silencio. Porque los libros no dicen que no eres un lobo y que, ciertamente, esta ciudad no es la estepa, y que 1 + 1 es dos, y que 2 sin 1 vuelve a ser 1.

Ser 1, entender que se es 1 y no 2, y que eso no es cualquier cosa. Y que si decides quedarte esperando, más vale llevar zapatos cómodos porque la fila es bien larga. 

Porque eres 1. La distancia entre 1 y 2, si te quieres poner físico, es tremenda, y si no, al menos es terrible. No puedes decidir ser 2. Así como no decides ser azul o escafandra. Y si estamos en estas convendría-convenir que no llegas a 2 si 1 no pone de su parte y coopera un poco con la tarea (que no es fácil). Pero anda y encuentra 1 que entienda que 2 no es relativo, y que una vez que es 2 ya no paras hasta que algo terrible pasa y el desmembramiento y la ausencia y los silencios y volvemos a 1.

Si lo piensas, es hasta preferible no hacerte tanto problema y no tener tantas aspiraciones algebráicas. Optar por la gramática y pasar del punto (.) a los dos puntos (:) que en realidad parecen más un capricho de estilo. Porque el punto (.) es relativamente rotundo, pero los dos puntos (:) en verdad son poco más que el flacucho que se atraganta en la presentación.

No se en verdad.

Sin mierdas de por medio, lo cierto es que salió a la calle y todavía no vuelve.
Todos muy preocupados, se agradece cualquier información.

No hay comentarios:

Publicar un comentario