martes, 9 de junio de 2009

No siempre sale como tú quieres, y ¿qué podria alguien como yo hacer al respecto?
Nada, en realidad. Qué alarde de egocentrismo pretender tener poderes sobre las circunstancias.
Es tan increiblemente simple que me asusta. Está ahí, tan real, tan real como cualquiera.
Sin embargo, nadie lo toma en cuenta. Supongo que así es más fácil, no lo sé.
La idea es que el juego dure lo suficiente como para que alguien pierda, o si no, no tendría sentido, ¿no crees?
Jugar a ser gente, a eso me refiero.
Porque dudo que sea igual de complicado jugar a ser pelusa de bolsillo, o ranita de pileta.
De nuevo, no lo sé.
Creo que ya escribí por ahí que nunca sé nada. Y eso está bien ahora.
Quiero volver a la tibieza de mi punto equis. Al trote pausado entre las sábanas, a las arañas que se arropaban dentro de mi morral.
No logro acostumbrarme a la asuencia, a los gone, a los numb. De verdad que me cuesta un montón. En especial si mi puntito equis flota tan cerca, tan cerca... fuera de alcance.
En fin. Hace frio. Desde que me fuí, siempre hace frio.
Hace frio y mi café tiene demasiado azúcar.
¿Alguien quiere ayudarme con eso?
No. Está bien, ya recordaré.
En realidad no está bien. Quiero volver. Necesito volver.
O quizás no.
Digamos que no. Digamos que todo está perfectamente bien, y que esto es solo un mal sueño.
Sí, digamos eso.
Digamos que sigo perdida entre edificios, hablando de nada, diciéndolo todo.
Fantasmitas blancos y acolchados que cruzan el parque pidiendo dulces.
Cosas chiquititas que saltan y rebotan y chocan y rompen y gritan y llueven y tiemblan y cantan. Oh, sí. Cantan. Y yo canto, y todo está bien.
Todo está bien.

No hay comentarios:

Publicar un comentario