martes, 16 de junio de 2009

Nuevo.


Todo es tan nuevo y tan mágico... Y está allá afuera, esperando a ser tomado.
Ranitas amarillas que saltan despreocupadas por el jardín, que corretean entre los lirios,
que salpican en la fuente. Ranitas amarillas.
Entonces, me despego de mi sombra y la dejo oculta bajo la cama, porque está demasiado asustada para jugar con el sol. Francamente, me parece una lesera.
Le amarro los recuerdos, como globos de colores que se elevan hasta el cielo, los amarro en sus muñecas, en sus tobillos, y me voy. ¿Qué más podría hacer? Me estoy secando en una esquina.
Incoherencias, nuestro himno. Desastre, nuestra bandera. El caos, nuestra nación. Y el resto es polvo, simplemente polvo.
Quiero cantar y gritar hasta el amanecer, quiero perder la voz intentando.
Tributo a la memoria.
Un tributo a tí, que me dejaste así como me ves: un lío.
Pero, amor, ¿hay algo mejor?
Te dedico mi último cigarro desde este lado; mañana vuelvo al mundo.
Hell, yeah!
Abro la tapa, las ranitas amarillas saltan libres por el jardín,
y no hay nada más perfecto que eso...

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